Tardecitas, cie
Era por aquel
Era ahí en ese justo momento que aparecía él.
Por
El Sargento García era el único que muy a su pesar no conciliaba su sueño, preocupado porque una gitana le había vaticinado un duelo, en la taberna ya no corría el vino, pero una sombra sutilmente se deslizaba por la bodega buscando barriles de pólvora robados por
El Sargento pensaba que quizá al día siguiente podría hablar con su gran amigo Don Diego de la Vega sobre ese asunto que tanto lo atormentaba.
El caballero español siempre bien aconsejaba teniendo una opinión mesurada y hasta algo cobarde, todo lo contrario de su padre Don Alejandro, rico hacendado.
Un resbalón hacía caer
A veces con la ayuda de Bernardo quién con traje de repuesto y con tornado, hacía creer que era el Zorro.
EL Sargento García y el Cabo Reyes hacían la vista gorda, pero quién era capaz de salir de un balcón a enfrentarse, o bien saltar de techo en techo, o enfrentarse con varios contrincantes a la vez, y sin perder el sombrero y esa cautivante sonrisa.
A pocos le quedaba tan, pero tan bien esos trajes bordados y esas camisas con volados, ese peinado y esos finos bigotes, solo a Don Diego!, quién hacia suspirar a varias señoritas tanto del pueblo como aquella primera novia del colegio.
Un día un señor de nombre Guy Williams falleció en su departamento de la calle Arenales en Buenos Aires, ya peinando varias canas, y contando incontables veces como ha sido contratado por Walt Disney para filmar”El Zorro”, y que había cerca de siete cabal
En esas instancias dónde quién realiza un trabajo no lo puede realizar más porque Dios lo ha llamado, dejando a su nombre artístico, aparece su nombre de nacimiento: Armando Catalano, que ya algo cansado había decidido quedarse en Buenos Aires.
En las noches de luna, aparece el bravo Zorro, a dar vueltas por Monterrey,
Y Al Galope monta a Tornado.
Como viento atraviesa desiertos y montañas.
Y su marca queda vivida en un rincón de nostalgia… tardecitas, cie
Otros tiempos….
Y esas tardecitas con sabores, panecil
Y AL Galope de su córcel Tornado., como viento atraviesa desiertos y montañas.
Y su marca queda vivida en un rincón de nostalgia… tardecitas, cie
Otros tiempos….
Y esas tardecitas con sabores, panecil
1 comentario:
Tardes de Zorro, que yo todavía rescato penetrando balcones o cabalgando a Tornado, para vestirme de seda negra y recorrer el mundo, con sabor a panecillos tostados, aceite y miel.
Así urde la vida, los momentos más dulces, con recuerdos de lecturas, filmes, fantasías de amores, justicia u olores a cocina.
Suyo mi señora, Z+-----
Publicar un comentario